3.03.2013


Ella se sienta en calzones en mitad de la cama deshecha. Es noche de domingo y la resaca le está pasando factura. Enciende un cigarrillo y mira por la ventana tatuada de letras, quiere cambiarse la vida pero no sabe por dónde empezar. Los domingos siempre quiere cambiarse la vida, no sabe bien por qué. Quizá la lentitud de las horas le sugiere una posibilidad única. El cigarro se apaga mientras las ventanas se encienden y suena un blues desconocido. Suspira y se mira las uñas. Siempre que quiere cambiarse de vida termina pintándose las uñas que, a fin de cuentas, es como pintarse el alma un poquito. Ella es demasiado complicada y por eso le gustan las cosas simples. Como pintarse las uñas cuando quiere redecorarse el alma. Como hundir profundo la bolsa de té de manzanilla cuando se le está hundiendo la vida. Como trenzarse el pelo cuando tiene muy enredadas las ideas. Como sonreír pasito cuando tiene ganas de llorar, porque siempre que llora le piden muchas explicaciones.
Se mira las manos y esboza una sonrisita torcida, sabiendo que no es suficiente, que el alma todavía la tiene descascarada. Mira a su alrededor, de súbito envalentonada, y piensa que no debe ser tan difícil llamarle. O escribirle. Decirle que le quiere, que le extraña, que lo siente. Que lo siente en la esquina derecha de su cama y en su pasión por ver películas de Woody Allen sólo hasta la mitad. Pero es domingo y el valor no dura, así que se pone a doblar la ropa y va metiendo un anhelo entre el cuello de cada camisa. Quizá se los encuentre a través de la semana. Quizá en un mes.

En todo caso, mañana será lunes y el mundo la llevará en su vorágine de colores y responsabilidades y le estampará la vida de tardes lluviosas, mañanas soleadas y sonrisas coquetas. Mañana será lunes y quizá empiece la dieta, quizá se corte el pelo, quizá se enamore. Quizá.

1 comentario:

  1. Quizá te escriba tu "valiente" y te recuerde que tienes para abrazarla...

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¡Tú! ¡Sí, tú! No te hagas rogar y coloreame un tanto..