1.08.2014

XVII.


Hoy soñé con usted. Soñármela es volver un rato al lugar en el que fui feliz, inmensamente feliz. Un lugar que ya no existe aunque aún a veces insista en vivir allí. Pero durante esas horas, en ese mundo bajo mis párpados cerrados, usted vuelve a estar aquí. Y despierto en medio de la ciudad en ruinas y no puedo entender cuándo se hundió la Atlántida ¡si todo estaba allí hace apenas unos segundos!, allí estaba el templo, las calles, mi nariz en su clavícula derecha y era su cintura lo que rodeaban mis brazos. Despierto entre polvo y aún así, hay días en que no sé caminar sin que mis pasos me lleven a su ausencia. Hoy amanecí con el corazón nublado.